Próximo destino: Londres
¿Qué hago a las 5 am deambulando por las calles de Leeds?. Eso me preguntaba camino del bus que me llevaría a Londres. Por cuatro libras ida y vuelta, viaje sacrificado a precio de saldo, gracias a los tepindro y Megabus. Álvaro y yo organizamos el viaje a la capital días antes, él saldría desde Preston a las 4 am y llegaría a Londres sobre las 10, mientras yo saldría a las 5:45 y llegaría a las 10:30 aproximadamente. Realmente es una paliza el viaje en bus, los asientos son cómodos dentro de lo que cabe, hay aseo y parada a mitad de trayecto.
El viaje fue cómodo sino fuera por el conductor, llevaba los cascos puestos cuando observo que el conductor se gira para llamar la atención. Era por la música, al parecer la llevaba demasiado alta, pero no, el culpable resultó ser otro joven que subió en la parada de Chesterfield y estaba unos asientos más atras. El chófer no lo pensó, paró el vehículo en el arcén de la carretera, se levantó y le reprendió más de cerca al chico, por si no le escuchaba.
En esa ocasión paramos en un buen self-service, un tepindro me sirvió un capuccino muy rico y aproveché para tomar unos croissants ya que no había desayunado.
Cambiamos de conductor, el relevo parece no tener tanto carácter como el anterior.
Llegamos, si, se nota, la entrada de una gran ciudad, por fin, es Londres. Casas antiguas de menor a mayor tamaño rodean la entrada por la que accedemos a la ciudad, no veo ningún edificio emblemático ni nada fuera de lo normal, quedaba poco para el fin del trayecto.
Última parada, Victoria Station, allí me hallo, en la gran capital de los tepindro, la gran ciudad por descubrir.