martes, 27 de febrero de 2007

Train Service

Pese a la noticia del descarrilamiento del tren en el Reino Unido acontecida hace unos días, debo afirmar que el ferrocarril británico es uno de los medios más seguros y baratos.
Durante mi primera semana viajaba a la universidad en autobús hasta que descubrí la estación de Burley Park. La ventaja de este medio de transporte es que no estás obligado a adquirir el ticket previamente, salvo algunos casos como en la estación central de Leeds. Pienso que en más de la mitad de las ocasiones que viajé no aboné billete. Entre mi parada hasta Horsforth, donde estaba la universidad, solo había una, Headingley. Al revisor en muchas ocasiones no le daba tiempo a comprobar todos los billetes. También era astuto y si al llegar el tren se asomaban dos revisores, cada uno a un extremo, me sentaba en la mitad, o si bien se asomaba uno, en el vagón más alejado de él.
Los precios eran relativamente bajos, desde Leeds hasta York cuesta unas ocho libras, Manchester quince y Liverpool veinticinco, todos los precios de ida y vuelta.
En comparación con los conductores de bus, los trabajadores de las lineas de tren son mucho más amables, a diferencia de los anteriores no tienen unos turnos laborales inhumanos.
Tan solo recuerdo una ocasión en la que un tren se retrasó diez minutos, en cuanto a la puntualidad son muy exigentes.
Entre otras cosas echaré de menos las frases que oia en los servicios de megafonía: "Platform one of the train service to Leeds...", son de esos ecos que se te quedan grabados en la cabeza y no olvidas. Como también cuando viajaba desde la estación de Leeds y antes del viaje compraba ese café tan malo junto a la madalena de strawberry que estaba tan deliciosa. Todos esos pequeños detalles me hicieron descubrir un poco más la esencia del modo de vida allí, me ayudó a ser un poco más tepindro.

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