sábado, 10 de marzo de 2007

Visit Preston

Tras mi visita fugaz a Preston decidí repetir y volver por un par de días. Como dije en un post anterior a mi modo de ver es un pueblo con aspiraciones de ciudad. Un centro comercial, locales interesantes para tomar algo como "Adelphi", edificios bajos, parques y una pequeña avenida con tiendas que recorres en quince minutos. Cierto que las comparaciones son odiosas, hay algo que no tiene parecido, la universidad UCLAN es la más rara que he conocido nunca. Para entrar a su biblioteca, abierta las 24 horas, hace falta tener la tarjeta de estudiante para poder pasar por un acceso similar al de las estaciones de metro. Cuando mi amigo Álvaro tuvo clase me prestó la suya y entraba a pasar el rato conectado a Internet. Inquieto me hallaba, un guardía de seguridad con turbante no paraba de pasar a mi lado y por momentos pensé que cometía un delito. Aún no sé si usar la identificación estudiantil de otro individuo en el país de los tepindros era motivo de cárcel, aunque la cara de ese individuo se merecía la cadena perpetua.
A la noche salimos de fiesta a una especie de cantina universitaria, un par de billares, gente de todas las edades y música decente. Le pido a una camarera tepindra un vodka cherry y no me entiende, hay que pedirlo por su marca VK. Se trata de un botellín de un quinto de medida que tiene un 5º de alcohol. Lo pedí para probarlo y el resto de la noche pedí pintas de cerveza.
Álvaro y yo nos sentamos en una mesa y me presentó a algunos/as de sus compañeros. Entre la gente estaba su compañero de piso Alberto, un francés hijo de malagueña, habla andaluz, no castellano.
Mientras bebíamos una señora alcoholizada a nuestra derecha intentaba averiguar como se manejaba una cámara de fotos, menudo elemento, tanto es así que nos arrepentimos aún de no habernos retratado junto a ella.
Junto a un grupo de españoles de la Universidad, aquello parecía la Ucam, fuimos a un pub-karaoke en el que me tomé una pinta y escuché a un pavo como cantaba Alanis Morrissete. Acabamos la noche en un pakistaní comiendo hamburguesas y patatas con curry.
Aquella noche dormí en casa de mi amigo, el cual le dejó una nota a sus compañeros de piso ingleses que decía: My friend is in the sofa. Al bajar uno de ellos a la mañana siguiente tachó in y puso on. La frase estaba mal escrita y quería decir algo así como: "Mi amigo está dentro del sofá".
Al día siguiente, cocinamos una tortilla de patatas envidiable y tomamos, como no, un frapuccino en un Starbucks en el que Álvaro quiso robar una taza y no pudo, sus dotes de ladrón son nulos.
Cuando volvimos a su casa su compañero franco-andaluz recibió a unos amigos suyos, nos presentó a una francesa y al intentar darle dos besos me estiró la mano. Al cabo de unos días me enteré del porqué, ellas dan besos por todo pero ella en particular adquirió la costumbre inglesa de dar la mano.
Antes de marchar me llevé del Aldi unos cuantos envases con lonchas de ansiado chorizo y salchichón como souvenirs.
Realmente como destino turístico no es de los mejores, como ciudad de ocio y toda ciudad inglesa que se precie tiene muchos pubs. Para una estancia corta no está mal.
La historia no acaba aquí ya que la vuelta a Leeds fue accidentada. Para el viaje de ida a Preston me valí del return ticket que compró Álvaro para venir a Leeds la última vez, es válido durante un mes y me lo dio cuando coincidimos la vez anterior en Preston, es un lio, lo sé. Para que me entendais, el viaje de ida me salió gratis y el de vuelta igual ya que monté en un vagón lleno de hooligan que iban de fiesta a Leeds. Cuando entró el revisor salió por la misma puerta del miedo que le entró. No tuve ningún problema, el contratiempo llegó después.
Al salir de la estación de tren de Leeds me dispuse a tomar un bus a mi casa, al conductor le enseñé mi metrocard, el equivalente del bonobus para los tepindros. Conforme entraba el chófer me llamó la atención y me indicó que la tarjeta había caducado el día anterior. Iba a pagarle en monedas cuando me dice: Get off the bus, que quiere decir: Baja del bus capullo (traducción personal)
Tuve que coger un taxi porque era ya el último que iba a mi zona, lo que me ahorre en tren lo pagué en taxi, pero la cara de ese autobusero no se me olvidará nunca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola... por casualidad he encontrado este blog y me ha hecho mucha ilusión leer las aventuras de un erasmus en Leeds, la ciudad donde yo también vivo este año. Espero que la estés disfrutando y que aproveches los últimos meses.

Saludos

Alex dijo...

Ya la aproveché en su momento. Regresé a finales de febrero y ahora estoy narrando las cosas que recuerdo de entonces.
Lo mismo te digo, disfruta Leeds!

Un abrazo!